domingo, 25 de diciembre de 2011

CENTRO POLITICO DE ESTRATEGIAS ANALIZA 2011

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Estimados suscriptores,

Te saludamos en esta oportunidad para hacerte llegar nuestro Boletín correspondiente al mes de Diciembre. Esperamos darte información relevante y que podamos mantenernos en contacto. Que lo disfrutes!

Mensaje de la Junta Directiva

Nos complace enviarles nuevamente nuestro boletín mensual en el que esperamos informarles acerca de temas de actualidad e interés todos los que nos encontramos involucrados en la apasionada esfera política. En esta oportunidad les hacemos llegar dos artículos de mucha relevancia para la actualidad, cerrando un 2011 bastante activo políticamente y en vísperas de un año que promete ser muy activo en política para la región latinoamericana especialmente. Esperamos que les sea útil. ¡Feliz Navidad!


Mario Elgarresta, Presidente
J.J. Rendón, Vicepresidente
¿Por qué usar el Marketing Político? Por Carlos A. Escalante


En Latinoamérica las personas no votan racionalmente, toman decisiones basándose en sentimientos y principalmente en emociones tales como el amor, la esperanza, el odio y el miedo, entre otras. El Marketing Político es un conjunto de técnicas que nos permiten interpretar las necesidades de los electores o de los ciudadanos. Ahora existe una forma distinta de hacer la campaña que es la forma estratégica.


El marketing político es la nueva forma de hacer política, donde los partidos o grupos de interés tienen su importancia, pero donde la actividad del aspirante tiene que ser diaria y permanente, para así determinar en los resultados. Ningún partido político desea colocar en una posición de elección popular a alguien que no les garantice el triunfo.
El marketing político, va a ayudar a los partidos, a los grupos de opinión y a los candidatos a poder conocer y tener una buena comunicación en forma horizontal entre el candidato y el elector. Antes existía una separación entre el candidato y el elector. Ahora los planos han cambiado y es diferente incluso en las comunidades rurales, pese a que es más lento porque hay menos información, pero en las ciudades más preparadas, más capacitadas; más informadas las cosas cambian.
¿Por qué el Marketing Político?
Hay varias razones, la primera es que las personas no votan racionalmente, toman decisiones basándose en sentimientos de amor, esperanza, odio y miedo. Segundo, existe una gran influencia de los medios masivos de comunicación, están en todos lados y es abiertamente conocida su influencia en la opinión. Tercero, el desarrollo tecnológico y el crecimiento de los medios cibernéticos como canales de comunicación. Por último, no hay dinero suficiente para financiar una campaña y ganar una elección y por tal motivo con el marketing político logramos ser mucho más eficientes con el manejo de los pocos recursos que se tienes y por último la competencia electoral es cada día más fuerte.
El primer consejo es enfocarse en el elector, en lo que dice la gente. No se debe desaprovechar la oportunidad con un medio de comunicación y hablar sobre los problemas de la gente. Es importante crear una conexión entre el elector y el candidato, entre el líder y los electores, entre el líder y los votantes. Cuando los líderes empiezan a conectarse con la gente, empieza a generar representación y compromiso.
Los electores al momento de votar se encuentran motivados. ¿Qué se debe hacer? conocer qué le angustia a la gente, qué genera interés y qué soluciones quieren. Si se sabe se podrá comunicar y estar en el mismo plano horizontal.
Hay técnicas del marketing político que ayudan a conocer y utilizar técnicas sociológicas comprobadas, que no solamente se estudian en materia electoral, sino en materia psicológica y sociológica en muchas universidades.
No se necesita saber qué le preocupa a la gente, que le angustia, cuáles son realmente sus motivadores para tener una mejor comunicación y una mejor representación.
Una campaña electoral es un evento de comunicación. Se debe tener claro que todo lo que hace la campaña comunica y lo que no hace también comunica, donde participan dos o tres candidatos con el único propósito de obtener el número de electores necesarios para ganar la elección en una fecha específica.
En el marketing aprendemos a manejar perfectamente bien los tiempos. El adecuado manejo del tiempo termina siendo mucho mas importante que los recursos económicos Todo tiene su momento en la campaña.
¿Qué es el Marketing Político?
El Marketing Político es un conjunto de técnicas que nos permiten interpretar las necesidades de los electores o de los ciudadanos, creando propuestas que los satisfagan a través de un candidato o partido político u organización, utilizando la comunicación en forma coherente.
Hay dos vías de hacer campaña. La intuitiva, como se hacía antes. Ahora existe una forma distinta de hacer la campaña que es la forma estratégica. Uno de los errores frecuentes de marketing político es creer que el marketing político es igual que el marketing comercial. Otro error frecuente es apoyarse sólo en la publicidad.
La investigación es el punto de partida de una campaña estratégica. Antes sólo se analizaban los votos sólidos ahora se da importancia a los votos volátiles. Ahora se da la competencia de la persuasión. Anteriormente, en la comunicación se daba un mensaje general y comunicación masiva. Ahora es contacto por segmento, el mensaje es específico, y la comunicación de precisión.
Una interferencia común de las campañas es el mal uso del tiempo. El manejo del tiempo, cada día es más valioso, porque la campaña es más corta, sin embargo, se debe entender que el trabajo político no es más corto, sino más intenso. La comunicación tiene que ser cada día mejor y más eficiente.
Cuando hablo de campaña permanente no digo pedir voto permanentemente. Para pedir voto son dos meses, pero la campaña no es sólo pedir voto, es darse a conocer, es tener profundidad de imagen con un tema particular y que la gente sepa que es lo que el candidato está haciendo. De manera que cuando sean los dos meses de arranque, pueda pedir votos. No se debe aspirar a ganar una elección si no se tiene ganada en los dos meses previos.
Los recursos con que se debe disponer son: 1) dinero, 2) el tiempo (el recurso más importante porque a mejor manejo de tiempo más dinero). y 3) el talento.
Mucha gente dice: "es el mejor candidato", eso no es garantía él candidato es una sola variable, importante pero no determinante. Otras variables son: la estrategia, el mensaje y la campaña. El equipo también es importante, así como, cuidar los votos. Si el candidato tiene cuatro de estos puntos, las cosas van bien. Toda campaña arranca con un auditorio inicial, saber cuántos materiales necesitamos, cuánto dinero tenemos, es decir, lo primero que se debe hacer es presupuestar la campaña. Él recurso de imagen, esto es, saber si conocen o no al candidato, si tiene una imagen positiva o negativa.

La Revolución Digital: una oportunidad para la Democracia Por Dr. Antonio Leal


Hoy, las tecnologías de la información y de las comunicaciones han permitido el surgimiento de redes sociales al margen o más allá de las estructuras de los partidos políticos y de las instituciones del Estado. Los ciudadanos se auto convocan, emiten sus propios mensajes, fijan agendas, condicionan a los parlamentos y a los gobiernos, lo cual coloca en tela de juicio e invisibilizan la acción de los partidos y de los parlamentos, que aparecen actuando en una sintonía distinta a la de la sociedad.

Vivimos un cambio de época marcado por los efectos de la globalización y la influencia creciente de la revolución digital. Hoy, las tecnologías de la información y de las comunicaciones han permitido el surgimiento de redes sociales al margen o más allá de las estructuras de los partidos políticos y de las instituciones del Estado.
Ello ha ocurrido en países árabes, en países europeos y en América, donde frente a crisis de índole económica, social o política, los sectores descontentos o los "indignados", se han organizado con gran eficacia en redes sociales. De esta forma se plantean no solo sus reclamos, sino que sus propias alternativas de solución, exigiendo cambios a los poderes institucionales a través de masivas movilizaciones. Incluso, como ha ocurrido en países árabes, esto ha generado la caída de gobiernos dictatoriales que por décadas sojuzgaron a sus pueblos.
Están los que claman democracia y libertades en los países árabes; los indignados en España y otros países de Europa que protestan contra la crisis económica y las medidas fiscales restrictivas o de austeridad que han adoptado los gobiernos; los indignados en Estados Unidos que culpan a las entidades financieras de ser responsables de la crisis económica que vive ese país. Y los estudiantes chilenos que exigen educación pública gratuita y de calidad.

Los reclamos de los indignados en Europa y en Estados Unidos son contra la vigencia de las economías neoliberales y sus efectos sociales. Los jóvenes y enormes sectores de capas medias de la sociedad se rebelan contra las desigualdades que provoca el sistema financiero, atribuyéndole a su movimiento un fundamento de índole moral. Los indignados en Estados Unidos proponen acortar la brecha entre ricos y pobres y reivindican, adicionalmente, los derechos ciudadanos, la democracia y la protección del medioambiente. La intelectual canadiense Naomi Klein señaló recientemente que los manifestantes demuestran "que no se trata solo de un pequeño grupo de jóvenes indignados con el poder económico de Wall Street, sino que lo está toda la sociedad".
Ellos se organizan utilizando las modernas tecnologías de las comunicaciones a través de las cuales han construido nuevas relaciones de poder -como afirma Manuel Castells-, poder que compite con los partidos políticos, con los Gobiernos y con los Parlamentos, debilitando la democracia representativa tradicional y la capacidad organizadora de la pluralidad ciudadana que ha correspondido hasta ahora casi plenamente a los partidos políticos. Lo anterior significa que hoy el poder comienza a repartirse de manera distinta entre sociedad civil y la sociedad política.
Como recuerda el sociólogo Ernesto Ottone, a partir de la reflexión del politólogo italiano Stefano Rodotà, "además de las fragilidades endógenas, un enorme remezón llegó a través de la globalización que impuso una nueva forma de democracia, la doxocracia o democracia de la opinión pública o continua, en la que la voz de los ciudadanos puede alzarse en cualquier momento y desde cualquier lugar para formar parte del concierto cotidiano".
McLuhan decía, ya en los años 60, que es la tecnología la que modifica la subjetividad de las sociedades. La base tecnológica de la nueva forma de funcionamiento de la democracia, de la emergencia de nuevas ciudadanía, está dada por el paso de la comunicación análoga a la digital.
Del predominio determinante de la televisión, y sobre todo de la TV satelital, que dotó a los seres humanos de cualquier lugar del planeta de un nivel de información como nunca antes en la historia de la humanidad, entramos hoy a la era digital donde la comunicación deja de ser vertical, deja de ser de pocos a muchos, espacio análogo que constituía también el escenario privilegiado de las cosas e instrumentos de la política. Hoy se trata de la comunicación de muchos a muchos, como la llama Castells, y que entrega a cada persona la posibilidad de ser receptor y emisor. La forma de comunicar deja de ser un espacio más de la política y se transforma en el espacio donde se ejerce la política. Ello debilita, sin duda, el rol de la intermediación de todas las instituciones que fueron características en la democracia.
Los ciudadanos se auto convocan, emiten sus propios mensajes, fijan agendas, condicionan a los parlamentos y a los gobiernos, lo cual coloca en tela de juicio e invisibilizan la acción de los partidos y de los parlamentos, que aparecen actuando en una sintonía distinta a la de la sociedad, y que sin embargo han sido y son columnas vertebrales del sistema democrático.

El nuevo juicio ciudadano.
La democracia está cada vez más marcada por esta nueva forma de ciudadanía y los partidos, parlamentos y demás instituciones, están obligadas a adecuarse a estos fenómenos con mecanismos cada vez más abiertos que respondan a las exigencias de protagonismo participativo de la sociedad civil.
Junto a ello, las nuevas tecnologías cambian los tiempos de la política y de la propia democracia representativa y esto no puede no afectar al trabajo parlamentario que tiene sus tiempos y donde el debate y la búsqueda de acuerdos es la base de su actividad. El juicio ciudadano se forma hoy en una óptica nueva determinada por la velocidad de las comunicaciones y quisiera que los parlamentos respondieran a sus aspiraciones en ese ritmo.

Se trata de una sociedad más exigente y más informada, convencida que los parlamentarios y los políticos corresponden a una casta privilegiada de la sociedad que se ha separado de ella y por la cual no se siente representada.
Asistimos, además, a una pérdida de densidad de la política y a una fuerte personalización de ella. Castells explica que el mensaje, más que ideología o proyecto, tiende a ser hoy el personaje mismo. La propia adscripción de los electores a los programas se debilita y una enorme masa de ellos fluctúa entre una y otra alternativa, de pronto de sectores ideológicos y políticos muy distintos en su contenido, viendo qué ofrece cada cual, con menos sujeción al plano ideal y mucho más a la oferta de corto plazo del candidato. El elector le cree o no al candidato más que a la oferta programática del partido que representa.
Hay, por tanto, un cambio en la política. El fenómeno de la desideologización y la crisis de las utopías han terminado con las claves interpretativas de la realidad y con las propuestas que anunciaban sociedades superiores. Hoy la política es pragmática, radicada en el presente, como si fuera inamovible, y con insuficientes proyectos de futuro si consideramos las demandas crecientes de la sociedad, lo que la hace aún menos atractiva.
Se observa claramente un retraso cultural de la política para comprender e interpretar los nuevos fenómenos. Los políticos nos hemos quedado atrás ante la magnitud de las demandas aspiracionales de distintos sectores sociales.

Fortalecimiento de la política.
Hay, en cierta medida, más radicalidad y liberalidad cultural en la sociedad que en estratos importantes de la política y de los políticos. Dar respuesta a las aspiraciones parciales de distintos sectores sociales requiere de renovados proyectos de país que las haga viables. Requiere de más y mejor Estado, con capacidad reguladora sobre la economía y de defensa del ciudadano frente a los innumerables abusos del mercado. El ciudadano se siente desprotegido y por ello la demanda de un Estado que además de proteger los derechos y las libertades se haga cargo de garantizar para el ciudadano un conjunto de bienes que le permitan vivir con dignidad y realizarse según sus capacidades.
De allí la necesidad de fortalecer a la política y a los partidos políticos para atender a las demandas ciudadanas; y es preocupante que tengan tan bajos niveles de confianza por parte de la ciudadanía. Este descontento responde sin duda a las aspiraciones sociales no atendidas, a las formas elitistas y autoreferenciales con que operan los partidos e instituciones, a los escasos espacios de participación que la ciudadanía tiene en las decisiones, y, también, en las prácticas contrarias a la probidad que generan un fuerte repudio de la opinión pública que tiende a generalizarlas.
Es necesario, por tanto, renovar la calidad de la política y de los partidos políticos y este proceso debe ser permanentemente porque el sentido de la época se expresa en el cambio, el cambio como lo permanente, lo certero en un mundo líquido, lleno de sorpresas e incertidumbres. Los sondeos de opinión demuestran que la mayoría de los ciudadanos valora la democracia y a las instituciones de la democracia, pero están descontentos con la forma como ella se ejerce y sus logros. Recomponer la fractura entre instituciones de la democracia y ciudadanía pasa por más y mejor democracia y hoy las nuevas tecnologías permiten que la ciudadanía sea consultada fácilmente, que se escuche su voz, que se creen canales de expresión de ida y venida. Pero para ello debe haber voluntad política y esto aún no se observa en una clase política acomodada en las viejas prácticas y que funciona en una sintonía análoga.
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