Alto, el embarazo en adolescentes pobres
Redacción / CIMAC
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En México, el 30 por ciento de las mujeres jóvenes de 15 a 24 años que pertenecen al estrato socioeconómico “muy bajo”, es decir una cuarta parte de las mexicanas, tuvieron un embarazo en la adolescencia y la mitad de éstas gestaciones no fue planeada.
La investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Catherine Menkes Bancet, aseguró que el 23 por ciento de las mujeres de nivel socioeconómico “bajo” tuvieron un embarazo en la adolescencia.
En un comunicado, la especialista informó que los embarazos no deseados en adolescentes ocurren en mayor medida entre los sectores de menores recursos, mientras que en las clases alta y media el porcentaje se reduce a cuatro y 10 por ciento, respectivamente.
Explicó que aunque se ha hecho mayor difusión del uso de métodos anticonceptivos, se sabe que actualmente más del 35 por ciento de las y los jóvenes no los usan en su primera relación sexual. Esto significa que la juventud no se protege a la hora de tener relaciones sexuales.
Abundó que esta situación también refleja que aún hay retos importantes en la parte demográfica si se considera que 14 por ciento de todos los nacimientos pertenecen a este grupo poblacional.
“Muchos fenómenos convergen en esta situación, entre ellos, las relaciones de género; por ejemplo, en los contextos tradicionales, si una mujer pide el uso del condón, los hombres la califican de fácil, liberal y con falta de compromiso”, indicó la experta en estudios de población.
También señaló que algunos varones, con ideología tradicional, consideran que demuestran su virilidad al tener relaciones sexuales con muchas parejas, y lo hacen sin preservativo; “pero lo más grave es que en muchas ocasiones no lo emplean porque no saben cómo hacerlo”, recalcó.
Políticas erróneas. Además, las políticas de salud y de población contribuyen a estas condiciones porque están dirigidas a mujeres adultas casadas o unidas; Menkes indicó que por sus circunstancias, las y los adolescentes no siempre se apropian de los mensajes de las campañas de salud sexual y reproductiva.
Asimismo, este problema se vincula con otros como la interrupción del embarazo, pues para tomar esta decisión influye la falta de información y acceso a métodos anticonceptivos.
De igual manera se ha encontrado que existen más riesgos bio-psicosociales si ellas tienen hijos antes de los 19 años, y además la falta de protección sexual las expone a adquirir infecciones de transmisión sexual como el VIH o el virus del papiloma humano.
En sus investigaciones, Catherine Menkes Bancet ha encontrado que una parte de las y los jóvenes mexicanos ignoran información referente a la biología de la reproducción. “No saben en qué días puede quedar encinta una mujer, y todavía piensan que en la primera relación no existe riesgo de embarazo”, alertó.
Otro dato importante es que asocian amor y confianza con el hecho de estar sano y, por lo mismo, no piden a su pareja usar el condón.
Falta de oportunidades. Estudios han demostrado que alrededor de 80 por ciento de las adolescentes embarazadas ya habían abandonado la escuela. “En su mayoría son mujeres que, en términos generales, tienen pocas oportunidades de desarrollo personal o de escolarización prolongada”, abundó.
Ante esta situación, la investigadora de la UNAM mencionó que algunas alternativas para hacer frente a los embarazos en adolescentes es hablar con las y los jóvenes, con un lenguaje sencillo, sin tecnicismos, o hacer de la cultura de la prevención y la protección algo que sea parte de sus vidas.
Aseguró que es importante que la información sea interactiva, y sensibilizar a profesores y padres de familia acerca de la importancia de platicar con las y los adolescentes de estos temas, y buscar que los varones se hagan responsables en el uso de los anticonceptivos para que esta práctica no recaiga sólo en ellas.
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