LOS DUROS DEL PRI CALAN A ENRIQUE PEÑA

LOS DUROS DEL PRI CALAN A ENRIQUE PEÑA.
José Luis Camacho Acevedo.
No son menores los costos que le han ocasionado al precandidato presidencial único del PRI, Enrique Peña Nieto, sus decisiones en torno al manejo de la clase política de ese partido representada por corrientes inocultables de intereses y controles de votos y recursos a lo largo de la geografía nacional.
Dentro del priísmo Peña ha demostrado tener aliados débiles y críticos muy fuertes.
Por ejemplo, su operador político, Miguel Ángel Osorio Chong, tiene sin duda las habilidades suficientes para cumplir su delicada misión en tiempos de campaña presidencial.
Pero en su pasado hay cuentas que le pesan mucho para la sensibilidad de los duros del PRI. Ahora su más penoso lastre es haber sido uno de los miembros del grupo de Elba Esther Gordillo en la cámara de diputados. “La burbuja de la maestra” y la relación que ya forzadamente tuvo que mantener con ella.
Osorio Chong no es totalmente confiable para los duros.
Sus gobernadores aliados son variopintos tanto en materia de representación nacional dentro del PRI como de capacidad de control manifiesto y sus aportaciones cualitativamente importantes en materia de recursos y de votos.
La yucateca Ivonne Ortega Pacheco no es igual que Eruviel Ávila. Y el desangelado Rodrigo Medina de Nuevo León de ninguna manera tiene la fuerza de José Calzada en Querétaro.
Por el contrario, los gobernadores débiles afines a Peña Nieto han obstaculizado la integración al proyecto de unidad partidista de mandatarios como Fernando Toranzo de San Luis Potosí; César Duarte de Chihuahua; Javier Duarte de Veracruz (que pese a sus errores es el que puede controlar una de las cuencas de votos más importantes para el PRI en el país) o el recién triunfante michoacano Fausto Vallejo, a punto de asumir el cargo pero ya con el control en sus manos apoyado por un operador de primera línea como es Ascención Orihuela quien es ahora ya precandidato a senador.
Reacios a pactar con Manlio Fabio Beltrones se encuentran, entre otros, Carlos Salinas de Gortari, que insiste en hacer creer a la opinión pública que es el principal asesor de Peña Nieto.
Nadie olvida que al terminar su sexenio Salinas y Córdoba Montoya aconsejaron a varios políticos y columnistas: “Cuídense de Gamboa y de Beltrones”.
Elba Esther Gordillo, es peor aliada que Antorcha Campesina en el proyecto de Enrique Peña.
La chiapaneca controla el dinero del sindicato, que es cuantioso, y las prebendas absurdamente exageradas que le han dado los presidentes panistas Fox Y Calderón.
Pero los votos controlados por Elba Esther Gordillo ya no pintan en una elección cerrada como la que será la que sostengan Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
El dirigente de MORENA está totalmente transformado. Sigue puntual las reglas de la política en campaña. En cambio los operadores de Peña Nieto, el círculo impenetrable de sus cercanos, insisten en dividir cuando son los tiempos de sumar.
Luis Videgaray ha sido el más consecuente y por lo tanto eficaz de los operadores cercanos a Peña Nieto.
Ha cooptado corrientes; ha hecho esfuerzos por incorporar a la clase política nacional como es el caso de sus cotidianos mensajes a Manlio Fabio Beltrones de respeto y reconocimiento.
Pero no ha sido suficiente.
Ricardo Aguilar fue un desastre. Manuel Cavazos un cero a la izquierda. Humberto Moreira un desatino de proporciones imprevisibles.
Es muy positivo para el PRI el rompimiento con el PANAL encabezado por duros como Francisco Labastida, teniendo el apoyo de Manlio Fabio Beltrones y de Pedro Joaquin Coldwell.
Si Elba Esther ya no es conveniente ante un electorado informado y critico como el mexicano de hoy, que por igual manifiesta un abierto rechazo a la corrupción e ineficacia del panis gobernante, menos lo son los “PEÑISTAS INCOMODOS” que tanto han afectado la fortaleza del mexiquense, que ha realizado la hombrada de lavarle la cara al PRI de los tiempos del madracismo.