sábado, 25 de febrero de 2012

La Disputa por el DF: por Rafael Luviano.

La disputa por la capital mexicana

Rafael Luviano
rafaeluviano@gmail.com

Desde 1995 cuando se abrieron las mesas para la Reforma política del Distrito Federal y en las cuales se determinó que el regente o actualmente jefe de Gobierno del DF fuera designado mediante sufragio secreto, universal y obligatorio por los habitantes de la capital de la república, desde entonces este puesto ha sido ganado por la izquierda electoral, cuya representación se encarna en el Partido de la Revolución Democrática y desde hace 15 años la posición ha sido objeto de las más caras ambiciones por parte de la clase política, de todos los partidos.
En esta ocasión no es diferente. Por lo tanto, los habitantes de la capital mexicana se aprestan a ver cómo se mueven los contendientes de los tres principales institutos políticos. En este escenario el partido que ha ganado las últimas tres elecciones, el PRD, tenía una circunstancia muy difícil, debido a que en los cuadros tradicionales de políticos de este órgano de interés público no había un político con la estatura suficiente para librar una de las más duras batallas de los últimos tiempos.
Resulta que cuando se analizaban los perfiles de todos los presuntos aspirantes, se veía a una mayoría de actores sin la estatura suficiente para competir con la candidata del Partido Revolucionario Institucional (Beatriz Paredes), que en esta ocasión tendría como aliciente que iba a ser empujada por el carro político de quien hasta el momento va arriba de las encuestas, a nivel federal, el mexiquense, Enrique Peña Nieto, quien desde hace tres años se mantiene por encima de las preferencias del electorado, en las diversas encuestas levantadas por todo el territorio nacional.
De manera que los principales dirigentes de la izquierda veían con gran preocupación quién iba a ser su postulante, y en corto (Off the record) argumentaban que tendrían que buscar un externo para hacer frente a una política con muchas tablas que venía precedida por el llamado factor Peña. Por lo menos esto nos comentó René Bejarano, uno de los principales líderes de esta ala político-partidista, junto con su esposa, Dolores Padierna.
Sin embargo, pocos tomaban en cuenta que durante los dos últimos años, venía trabajando, haciendo su tarea, un político de grandes dotes y con una gran sensibilidad político-social, de nombre Miguel Ángel Mancera. El problema era el puesto que él ostentaba. Una posición nada popular, tomando en cuenta que fungía como procurador de General de Justicia del DF y en México el tema de los tribunales se considera, empezando por los ministerios públicos, una asignatura pendiente para muchos connacionales.

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