miércoles, 27 de junio de 2012

EÑA GANA EN TODAS LAS ENCUESTAS: LA DE COVARRUBIAS, TORMENTA EN UN VASO DE AGUA.


TORMENTA EN UN VASO DE AGUA: LA ENCUESTA COVARRUBIAS; PEÑA GANADOR.
José Luis Camacho Acevedo.
Dice la infalible sabiduría popular que sobre advertencia no hay engaño. Y así es, dice el pensamiento estructuralista.
En SDP Federico Arreola anunció que daría a conocer, señalando fecha y con todo el sentido de honestidad periodística que le caracteriza, una encuesta encargada a la empresa de Ana Cristina Covarrubias sobre preferencias electorales en torno a los candidatos a la presidencia de la república en el último plazo que el IFE otorga para publicar ese tipo de ejercicios de medición de la opinión pública.
Así lo hizo. Y la realidad, terca como es, volvió a colocar en primer lugar de las intenciones de voto de los mexicanos a Enrique Peña Nieto. Con más de 10 puntos arriba de su más cercano competidor Andrés Manuel López Obrador.
Federico Arreola cumplió el compromiso contraído con los lectores de SDP Noticias de publicar la encuesta.
Fue realizada por una empresa seria, a la que se le acreditan simpatías, que por lo que se ve no comprometen para nada su profesionalismo, con el llamado candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador.
Los resultados, por supuesto, no agradaron al Bronx tuitero pro-amlo y criticaron en su peculiar pero respetable estilo a Federico Arreola por ser congruente con la realidad mostrada en el sentido de que, después de todas las piedras que le han puesto en el camino, Enrique Peña Nieto mantiene una gran ventaja en el ánimo popular sobre López Obrador y el cadáver político que es Josefina Vázquez Mota.
Lo sustantivo del ejercicio de SDP Noticias y la encuesta de Covarrubias y asociados no es calificar, acreditar o desacreditar, el griterío tuitero que se armó desde la gayola en contra de Arreola.
Para la democracia mexicana las encuestas han sido el elemento diferencial en relación al pasado de 70 años de partido único y el reciente negro docenato panista.
Tuve el privilegio de conocer, a principios de los años noventa, a encuestadores como el fundador de Bimsa César Ortega, Ian Rider que representó mucho tiempo en México a Gallup; Ricardo de la Peña cuando se iniciaba como un empeñoso joven en el mundo de la opinión pública; a mi entrañable amigo Roy Campos; al entonces jovencito Paco Abundis hoy convertido en importante directivo de Parametría; a María de las Heras (a quien por cierto desde estas notas enviamos nuestro deseo por su pronta recuperación) Rubén Jara que en esos tiempos trabajaba para Televisa; a la propia Ana Cristina Covarrubias que nos ofreció una conferencia-convivio en su casa de El Pedregal; a Miguel Bazáñez y no quiero seguir haciendo menciones porque siempre termino mis recuentos cometiendo injustos olvidos.
Conozco perfectamente el mundo de las encuestas en México. He estudiado el fenómeno en España y en Estados Unidos desde hace ya varios años. Continúo haciéndolo porque sigo pensando que serán las encuestas un elemento indispensable en el fortalecimiento de la nueva democracia mexicana (nueva en relación a la histórica de 1910 en el pequeño horizonte histórico que me fijo para escribir estas notas).
Y, repito, la terca realidad que reflejan las encuestas en el México del 2012 es que Enrique Peña Nieto será el próximo presidente de México. Y estamos apenas a escasas 100 HORAS de comprobarlo.
Los porqués del hecho han sido analizados concienzudamente por respetables politólogos mexicanos y extranjeros.
El costosísimo precio que está pagando el país por la guerra perdida de Calderón. La perruna ambición de los panistas reflejada en su inaudita corrupción. La doble moral que existe en “líderes” de la izquierda en México como Manuel Camacho, por citar a un clásico del trapecio.
Las razones que explican, y justifican sobradamente,  porqué los mexicanos ya no quieren vivir por más tiempo el terror del panismo en el gobierno son múltiples. Y la sensibilidad popular ha decidido, en lo que marcan el 99 % de las encuestas, que la opción de cambio es Enrique Peña Nieto.
Negarse periodísticamente a esa realidad, sería una pavorosa deshonestidad con la opinión pública a la que modestamente tratamos de servir los que intentamos, hablo de mí, ser comunicadores.
Te mando como siempre, un abrazo solidario, Federico Arreola Castillo, por seguir manteniendo tu verticalidad, aun en medio de las tormentas en vasos de agua.

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