viernes, 29 de junio de 2012

Os interesados firmantes del Pacto, dice José Luis Camacho


PRESIDENCIABLES: UN PACTO DE CIVILIDAD CON INTERESES.
José Luis Camacho Acevedo.
“Para Carlos Marín con mi solidaridad de amigo y compañero”.
El “Pacto de Civilidad” que signaron ayer los presidenciables Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri de la Torre es una muestra más del oficio político que caracteriza a los dos primeros.
Leonardo Valdés no tiene ninguna capacidad de convocatoria real para detener los intereses de los presidenciables que están verdaderamente en la disputa de la victoria, Peña Nieto y López Obrador. Es solo un instrumento más del diseño político que cada uno de ellos tiene para llevar al triunfo a su proyecto.
Para el puntero y casi seguro ganador de las elecciones presidenciales que serán celebradas pasado mañana, Enrique Peña Nieto, el compromiso de civilidad que se firmó es una pálida garantía de que no sufrirá un agobio pos electoral similar al que padeció el cuestionado Felipe Calderón en el 2006.
Aún firmado el pacto nadie quedará sujeto a no promover la defensa de lo que eventualmente considerará son sus intereses vulnerados, sea verdadera o falsa esa defensa.
Andrés Manuel López Obrador tuvo un espléndido escenario para culminar su tarea de cambio de imagen y actitud que ha venido desarrollando con igual tenacidad que oficio político.
Ya no es el político que llama a tomar el Paseo de la Reforma como ocurrió en 2006. Tampoco el desafiante de las instituciones o el enemigo de la paz social que tanto preocupa al empresariado. Sin duda que hoy México ve a un López Obrador diferente al de aquellos años. Ya no le pegan los dardos envenenados de la guerra sucia que lo mismo lo han tratado de vincular con Hugo Chávez que reproducirle la escena del carpero “Juanito” como una manifestación de su desprecio por la democracia y ¡por los pactos¡
Esa batalla ya la ganó López Obrador con el diseño de su cambio de imagen y actitud.
Si lo llegaran a desbordar poselectoralmente los del SME, los bejaranos o Fernández Noroña ya no es asunto suyo. La protesta pos electoral pudiera existir, y yo supongo que existirá, pero ahora sin López Obrador a la cabeza.
Josefina Vázquez Mota firma para dejar constancia de que fue presidenciable. Ella ni tiene una base social que la respalde personalmente, es evidente que su partido ya la dejó sola en altamar, como para general violencia pos electoral.
Gabriel Quadri sigue cumpliendo su tarea de candidato testimonial. Su gran mérito es estar a punto de lograr el 2% que necesita el partido de Elba Esther Gordillo para mantener su registro.
Y casi dar por hecho que llegarán al senado y a la cámara de diputados unas mínimas bancadas del PANAL.
La firma del Pacto de Civilidad entre los presidenciables deja un precedente sano para el IFE. Repito, no es Leonardo Valdés o quienes impulsaron el pacto los que lograron la firma de los participantes, son los legítimos intereses de cada uno de ellos los que les obligan a mostrarle a la ciudadanía que no apuestan por la violencia pos electoral.
Y seguramente existirán protestas pos electorales, pero a nadie, excepto a la Policía Federal de Calderón y Genaro García Luna, le conviene que sean molestas o enturbiadoras de la vida cotidiana de los mexicanos.
Al tiempo.

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