martes, 3 de julio de 2012

Opinión de Claudia Rodríguez.



ACTA PÚBLICA
Claudia Rodríguez

Ya estaba en ebullición

Andrés Manuel López Obrador el candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-MC),   al final no aceptó los resultados preliminares de la elección presidencial que lo ubican en segundo lugar detrás del priìsta Enrique Peña Nieto por poco más de de 3 millones de sufragios computados, que porcentualmente tienen un valor de 6.5 puntos.
López Obrador y el Movimiento, están en todo su derecho de esperar y en su caso, de pedir las revisiones pertinentes.  Pero mi apunte no de hoy, sino de hace poco más de seis meses, es que la izquierda equivocó la estrategia.
De entrada, el candidato más competitivo de los partidos de la coalición Progresista en esta justa presidencial, era Marcelo Ebrard el todavía jefe de Gobierno del Distrito Federal.  En este contexto Andrés como Josefina, sufrieron en la pelea final y entre contrincantes externos, una especie de camino equiparable.  Josefina y Andrés Manuel tenían al interior de sus fuerzas partidistas mayores simpatías, pero al momento de captar el voto ciudadano sin militancia,  les faltó  --ahí si por motivos distintas a cada uno--, convencer.
Si entramos en la hipótesis de López Obrador de que la elección fue inequitativa antes, durante y después del día de la elección, y por lo tanto le robaron de nuevo la presidencia, entonces Andrés, su equipo y seguidores insisto, se equivocaron desde el principio en la táctica.
Descontemos del escenario las posibilidades de Ebrard y partamos de que el candidato Andrés Manuel entró a una campaña de publicidad electoral desigual para él y con muchos spots y mensajes mediáticos detrás de su contrincante priìsta con conocimiento de origen.  También apuntemos su tibieza en los momentos en los que fue atacado, cayó y calló ante sus mayores verdugos en Televisa y dejó el trabajo al movimiento #Yosoy132, y avaló al Instituto Federal Electoral (IFE) en torno a la celebración de las elecciones y de los resultados de las mismas.  Una vez que el conteó preliminar lo ubica en el segundo lugar de las preferencias presidenciales, Andrés vuelve a la cargada señalando desventajas y trampas que aceptó confiado en su ventaja, ante quienes ahora señala como sus verdugos.
No tengo pruebas para señalar trampas manuales y cibernéticas –no descarto la posibilidad-- en la forma de contabilizar los votos de la pasada elección.  Sí de la forma desigual de promoverse entre el electorado por cada uno de los candidatos en donde de forma escandalosa en algunas casos corrieron los ríos de dinero.  Entonces me pregunto si ante el panorama desigual y adversó en el que volvió a competir Andrés Manuel es que ¿se volvió a confiar?
Se necesitaba una fuerza nacional, de verdadero arrastre más allá de las redes sociales y de tocar el espíritu revolucionario, auténtico y muy válido de nuestra juventud.  Andrés Manuel necesitaba mucho más de 20 millones de votos para que con todo y las adversidades a las que se enfrentó con conocimiento de causa, nadie pudiera restarle la victoria que él ya tenía calculada.
Cuando Andrés Manuel se enlistó a la carrera presidencial de este 2012, el terreno ya estaba en total ebullición pero él, se mantuvo tibio.

Acta Divina… El día de ayer Andrés Manuel López Obrador en conferencia de prensa señaló a sus seguidores respecto a la elección presidencial lo siguiente: “Ya ustedes conocen que no hubo la equidad que establece la Constitución en este proceso”.



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