LA PRESIDENCIA INTERINA Y EL ORO OLÍMPICO: DELIRIOS Y OBSESIONES
MEXICANAS.
José Luis Camacho Acevedo.
La petición que hace a las autoridades electorales del grupo
de Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que exista la figura de un
presidente interino por las causales que, primero, utilizó para exigir la
nulidad del proceso electoral en el que fue derrotado por Enrique Peña Nieto,
ya pasó de ser una obsesión del político de Macuspana a un verdadero y
peligroso delirio personal.
Loa argumentos en contra son aplastantes:
1.- La organización del proceso electoral pasado para elegir
presidente de la república se hizo en apego a la ley de la materia que
aprobaron legisladores de todos los partidos que compitieron en él. O sea que
fue apoyado por PRD, PT y MC, los partidos que postularon a López Obrador.
2.- La coincidencia que hubo entre el PREP del IFE, y días
después en la suma de los cómputos distritales efectuados por miles de
mexicanos es, sino idéntica, cuando menos asombrosamente igual. Y no tenía
porque ser de una manera diferente.
3.- La elección fue organizada con una gran precisión por el
IFE. Si en el 2006 fallaron la instalación de muy pocas casillas; los datos del
proceso 2012 reflejan que fueron todavía mucho menos.
4.- La diferencia entre el primer lugar del 2006, de todos es
sabido, no rebasó el punto porcentual. A López Obrador Calderón le ganó con 250
mil votos más o menos. Esta vez la diferencia supera los 6 puntos porcentuales
y el triunfo de Enrique Peña Nieto rebasa con mucho los tres millones de votos.
5.- Si las encuestas influyeron al elector; o lo hicieron los
medios de comunicación, y en caso de que se hubieran rebasado topes de gastos
de campaña, como existió en la figura civil de Los Amigos de Fox, se procedió,
por la autoridad competente, a dictaminar sanciones y multas a los partidos. Y
en el caso del mencionado Fox se le llegó a amonestar por las autoridades
electorales al hacerse público el señalamiento de Luis Carlos Ugalde de que
“llegó a poner en peligro la elección”.
Separar el margallate que traen López Obrador y sus
seguidores en tres instancias hubiera aclarado la petición de nulidad del tabasqueño.
Una claridad que por lo que se ve no le conviene al líder del Movimiento
Progresista. La coacción o compra de votos debe ser denunciada, en tiempo y en
forma a la FEPADE. Las causales de nulidad de votos, según el endeliriado AMLO
y sus pequeños grupos fundamentalistas, pasaron el sedazo de las juntas
distritales en el conteo voto por voto en más de 50% de casillas que se
abrieron. El resto de la documentación que contiene la impugnación lo decidirá
conforme a derecho el TRIFE.
Y ni por donde encontrarle razón alguna a la figura de un
presidente interino en este caso. Es, lo repetimos, ya no una obsesión política
de López Obrador; sino un personal delirio de quien, por lo que se ve, no ha
podido superar el trauma de haberse equivocado en su pasada estrategia que le
hizo perder 13 puntos de ventaja sobre Calderón en poco más de 30 días. ¡Un
punto cada DOS DIÁS¡
En esa ocasión eran válidos muchos de los argumentos de
nulidad de votos que planteaba AMLO con el reclamo de contar voto por voto y
casilla por casilla. Era posible que a Felipe Calderón se le hacian agua sus
escasos doscientos mil votos en el recuento del puro DF.
Hoy tres millones de ventaja de Peña Nieto es igual a decirle
a AMLO que “No es lo mismo Juan Domínguez, que no quieras un presidente
interino.”
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