Duarte y los tuiteros

México, D.F; 21 de septiembre de 2011

JAVIER DUARTE SE HA TENIDO QUE RETRACTAR DE SUS PIFIAS CONTRA “TUITEROS”

Ante la incapacidad de aplicar de manera retroactiva el delito de perturbación del orden público que ayer fue incorporado al Código penal del estado de Veracruz por los miembro del Congreso local, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, ha tenido que echarse para atrás y retirar los cargos por presunto terrorismo y sabotaje que existían en contra de María de Jesús Bravo Pagola y Gilberto Martínez.

Muy a su pesar, el gobernador priista de Veracruz se ha tenido que retractar de sus pifias, aunque con la inminente libertad de los dos tuiteros evita volver a quedar en ridículo por criminalizar a dos usuarios de las redes sociales, evento que de antemano ya lo ha exhibido como un gobernante intolerante e incapaz para resolver los problemas de violencia que azotan a la entidad.

Era insostenible que Javier Duarte siguiera empeñado en tratar de encontrar en los usuarios de las redes sociales a los culpables de la violencia que priva en las calles del estado, que desde que asumió su cargo se han convertido en el nuevo escenario de la disputa del negocio de la venta de drogas, el secuestro, la extorsión y la trata de personas.

Prueba de ello es el asesinato de las 35 personas que fueron arrojadas en plena vía pública en la avenida Ruiz Cortines, una de las más importantes de la zona turística del Boca del Río, Veracruz, así como la fuga masiva de al menos 32 reos de forma simultánea de varias penales del estado, eventos con los que Javier Duarte tendrá que reconocer que en la entidad que dice gobernar lo que menos existe es paz y que sus habitantes lo que menos tienen es calma.

Luego de dichos acontecimientos, el mandatario priista está obligado a aceptar que no está preparado para un cargo como el que detenta y que por eso mismo Veracruz se ha convertido en tierra fértil para el desarrollo de las actividades ilícitas de las diferentes bandas del crimen organizado que operan con total impunidad, que en lo que va del año suma ya más de 300 personas –incluidos cuatro periodistas- que han sido asesinadas.

A T E N T A M E N T E

Hortensia Aragón Castillo

Coordinadora Nacional

Foro Nuevo Sol-PRD