miércoles, 5 de octubre de 2011

¿TANTO CUESTA UN DIPUTADO?

Salario de un diputado: $150,139.00

* Equivale a 15 veces el PIB per cápita u 83 veces el salario mínimo * Investigadores demuestran que se eleva a $218,449.00 mensuales * 22 veces el PIB per cápita

José Sobrevilla / Noticias del Empleo

sobrevill@yahoo.com.mx

La Cámara de Diputados la integran 300 que son electos según el principio de votación mayoritaria relativa, mediante el sistema de distritos electorales uninominales, y 200 electos bajo el principio de representación proporcional en listas regionales, votadas en circunscripciones plurinominales. Su trabajo ha sido seriamente cuestionado porque muchas de las leyes aprobadas por ellos han lastimado seriamente a algunos sectores de la sociedad que representan.

“Que roben, pero que se mochen”, se ha escuchado decir a lidercillos de los que se valen los diputados y gran parte de los políticos para llegar a sus cargos; sin embargo, muchos votantes han descubierto que ser servidor público se ha convertido en su contrario y que domina más lo primero que lo segundo. Todo ello ha venido acumulando rencores sociales que ni los sociólogos han sabido establecer hasta dónde puedan llegar.

El 20 de septiembre difundió la prensa que cada diputado –incluidas prestaciones– tiene un salario 22 veces mayor al PIB per cápita del país (entre enero y marzo de este año, el PIB per cápita en México se ubicó en 9,985 dólares). Multipliquémoslo por todos los que son y nos da una barbaridad; sin embargo otras investigaciones periodísticas han destacado el mismo despilfarro sin que en realidad pase nada.

¿Qué tendría que pasar? Tal vez que en un arranque de “dignidad política” ¿los de izquierda donen una parte a equis causa del color de su franquicia?; o bien que los del Partido Acción Nacional o del Partido Revolucionario Institucional destinen los excedentes de sus dietas a fundaciones creadas y/o administradas por ellos mismos, escenarios éstos que ya se han llegado a presentar. Por desgracia, nuestros políticos –en su mayoría– se han convertido en maestros de la simulación.

¿Cómo y cuánto gasta la Cámara de Diputados? es el título que recibe el estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE, y que elaboró María Amparo Casar en coordinación con Ana Laura Magaloni y Carlos Elizondo Mayer-Serra, arroja que mientras los legisladores de la región perciben un sueldo promedio de 6 mil 712 dólares mensuales, cada diputado federal mexicano tiene un salario mensual que es de 12 mil 310 dólares, sólo por debajo de Brasil, en donde el costo de cada legislador es de 15 mil 942 dólares. Pero hay una salvedad: Si añadimos las prestaciones y subvenciones discrecionales, que la mayoría de los otros parlamentos no otorgan a sus legisladores, pero que sí obtienen los mexicanos, el sueldo (dieta) se eleva a 17 mil 800 dólares mensuales.

¿Y qué hay de la productividad legislativa? Hay quien dice que no creer en la política es tan tonto como no creer en el amor; sin embargo, algo debe andar realmente mal cuando los propios patrones, afiliados a la Confederación Patronal de la República Mexicana, demandan a los diputados establecer un periodo extraordinario de sesiones “para resolver las reformas que están pendientes, entre ellas la laboral, ya que desde 1994 a marzo del presente año sólo se han generado poco más de 4 millones de empleos, por lo que existe un déficit de 7.5 millones que debieron haberse generado” (Gema Reyes “Critica presidente de Coparmex poca productividad de legisladores federales”. La Jornada Morelos, 4-V-11).

Si bien nos asombramos de las enormes cantidades que se otorgan como presupuesto al Instituto Federal Electoral y de éste a los partidos cuando en el Poder Legislativo, en los últimos 11 años, el presupuesto registró un incremento real de más del 50% al pasar de 4 mil 382 millones de pesos en el año 2000 a más de 6 mil 595 millones de pesos en 2011. De éste, más del 60% se destina al capítulo Servicios Personales; sin embargo, el análisis del CIDE advierte que el porcentaje aplicado al pago de sueldos y prestaciones de los empleados de la Cámara de Diputados, incluyendo legisladores, podría ser mucho mayor debido a que éste no reporta las partidas de gasto a partir de las cuales se canalizan recursos adicionales.

En efecto, como dice Federico Berrueto Pruneda (“Los nuevos ricos”. Etcétera, 17-XI-10): “La democracia ha hecho algunos ricos más pronto de lo que ocurrió con el régimen que sucede a la centenaria Revolución mexicana”.

Hoy día –continúa Berrueto– “En la forma, el país es más democrático; en la realidad, igual o más corrupto. La evidencia es irrefutable. Los índices internacionales condenan a la actual generación política. El cinismo es la divisa”. Enseguida, el columnista de Milenio Diario pone como ejemplo la respuesta airada del consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés (ante la difusión que hizo también el CIDE de un trabajo de Carlos Elizondo Meyer-Serra sobre el sueldo de los consejeros electorales) al hacer un llamado a los responsables para aclarar que es mentira que los consejeros electorales ganen más que el presidente Felipe Calderón.


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