sábado, 17 de diciembre de 2011

DOMINICAL POLITICO DE JOSE LUIS CAMACHO

DOMINICAL POLITICO.
José Luis Camacho Acevedo.
Quiero dedicar esta columna a mi amigo Carlos Ramírez por su ejemplo de verticalidad, constancia y profesionalismo en la vertiente periodística de la columna política.
1.- PEÑA NIETO Y SUS COMPROMISOS.
El evento en que Enrique Peña Nieto recibió de su partido la constancia de su aceptación como precandidato, no fue sino la oficialización de un hecho consumado desde que el mexiquense ratificó su capacidad de operación política con el triunfo aplastante de su sucesor, Eruviel Ávila, sobre el PRD y el PAN.
Pronunció un discurso en ese acto en el que, apenas, empezó a delinear lo trascendente de los compromisos que asume con la sociedad mexicana de éste momento.
Malo que se haya colgado del recuerdo de Luis Donaldo Colosio. Y peor que su equipo asesor siga sin ofrecerle alternativas de ARGUMENTACION ante la mordacidad de los medios que lo confrontan a diario. Lo mismo con temas como las adivinanzas de autores de libros o precios exactos de la canasta básica. Falta de ARGUMENTACIÓN que se reflejó nuevamente en su EXPERIENCIA de ayer al no prever siquiera que debió haberse confirmado la muerte del ex presidente Miguel de la Madrid antes de expresar su pésame. (Igual le sucedió a Diego Fernández de Cevallos quien desde la tribuna del senado se convirtió en el Camarlengo Vaticano al anunciar la muerte de Juan Pablo II antes de falleciera).
ARGUMENTACIÓN, como estrategia inteligente para afrontar los múltiples escenarios cotidianos en los que tiene que moverse un personaje que tiene la posibilidad de gobernar a México (Ver tesis del Dr. Luis Felipe Agripino sobre el tema).
Peligroso sube y baja en el que sus gentes siguen metiendo a un hombre limpio, un político que se convirtió en alternativa de cambio del nefasto docenato panista como es Enrique Peña Nieto.
Porque el “efecto Peña” no lo generan sus éxitos de gestión gubernamental, sino el cansancio de los mexicanos de la oscuridad como forma de gobierno que ha instaurado el PAN. Un estilo personal de gobernar, parafraseando al emérito Daniel Cosío Villegas, para poder realizar los actos más escandalosos de corrupción que se hayan visto en el México moderno y lograr la impunidad que otorga el poder. Una sociedad cansada de esa corrupción con olor a santidad que ha visto en Peña Nieto una oxigenación y un cambio en el gobierno.
Ya Enrique Peña Nieto es precandidato presidencial del PRI, hasta ahora único, pero sumido en un claro oscuro en el que injustamente lo tienen la falta de olfato, oficio y sensibilidad de los integrantes de su grupo cercano.
2.- FELIPE CALDERÓN ESTÁ MUY CONCIENTE DE LO QUE REPRESENTA AMLO.
Mandar toda la carne al asador al registro como precandidato del PAN de Ernesto Cordero, tiene una lectura que profesionales del análisis político, como Carlos Ramírez, descubren penetrando la naturaleza de la última realidad del pensamiento político, en este caso, de Felipe Calderón.
Para derrotar a Andrés Manuel López Obrador, que con un trabajo de contacto político directo y trascendente reflejado en el fenómeno de articulación popular en que se ha convertido MORENA, se ha instalado como el líder social más importante de México y que es reconocido como tal en muchos países de América Latina, se necesita algo más que la “sorpresa” de una mujer combativa y “agradable”como Josefina Vázquez Mota.
Para enfrentarse en unas nuevas elecciones presidenciales a López Obrador, Felipe Calderón sabe que tiene que utilizar un aparato tan eficiente como el que posee Enrique Peña Nieto. A la señora Vázquez Mota en un debate Peña, pero sobre todo López Obrador, la reducirían a la condición en la que ella misma se definió hace poco cuando dijo que “era el ama de casa” en su familia.
Si Peña o AMLO le preguntan a la señora Vázquez Mota que cuántos municipios tiene el país y cuántos de ellos conoce, o qué zonas marginadas existen en ellos y cuántos son los pobres que las componen, y cuál es la última vez que los visitó, seguramente el debate se acabaría para la eventual candidata presidencial panista.
Está visto que Felipe Calderón no es un político que haga la guerra con soldados de telenovela.
La guerra en el 2012 la va a hacer él mismo a través de su guerrero.
Mandar al registro de Cordero a secretarios de estado, a gobernadores, a diputados que tienen base social en el PAN es un mensaje de Felipe Calderón a sus opositores.
Sabe, en carne propia, que para vencer a alguien como López Obrador, tiene que poner en juego todo el aparato del gobierno. Jugar la apuesta a la “buena imagen de Vázquez Mota”, a un feminismo ramplón en un país en el que la sangre corre como río por todas partes, es perder a ojos vistos.
Por otra parte, Santiago Creel no ha sabido ganarse la confianza de Felipe Calderón. En eso se resume su pavorosa debilidad política. Cuando la disputa por el poder adquiere la dimensión de una presidencia de la república, se juega con todo y se consideran los más altos niveles de seguridad electoral y de lealtad personal.
Y ni una ni otra cosa se las ha podido demostrar Creel a Felipe Calderón. Por eso está descalificado como opción en la capacidad poderosísima que le da el aparato gubernamental al presidente para elegir candidato.
En política, nada es casual. Y Meternich, el sucesor de Mazarino después de años, influyó a Henry Kissinger con los conceptos más crudos de su obra: En política solamente se reconoce el triunfo; el fin y los medios son meras cuestiones de la operación.

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