sábado, 24 de diciembre de 2011

GUERRERO EN TIEMPOS DE GUERRA

Zeferino: Tiempo de canallas

Cuauhtémoc Sandoval Ramírez / El Sur
sandovalcuauhtemoc@hotmail.com

La escritora estadunidense Lillian Hellman, escribió Tiempo de canallas, libro donde relata la cacería de brujas en Estados Unidos, en el tiempo de la Guerra fría, después de la Segunda Guerra Mundial, contra las y los ciudadanos acusados de ser comunistas o simpatizantes o amigos de izquierdistas. Fue un tiempo abierto a los canallas y oscuro y sombrío para la justicia.
En los inicios de cada gobierno, federal o estatal, se abren las puertas y ventanas para los canallas y es un tiempo malo para la reflexión y el análisis políticos, así como para evaluar con datos duros en la mano, si el gobierno anterior realmente cumplió o no su programa. Imperan las reglas no escritas de no meterse con su antecesor, por aquello de que acusen al nuevo gobernante de venganza política.
Este es el caso de Zeferino Torreblanca Galindo. Durante su campaña electoral prometió que metería a la cárcel a las ratas de dos patas, refiriéndose al gobierno de René Juárez Cisneros, y no tocó ni con el pétalo de una averiguación judicial a ningún funcionario renejuarista.
La promesa de eliminar las 5 mil plazas de aviadores en la SEG, no sólo no se cumplió, sino que se incrementó con el nombramiento de José Luis González de la Vega como titular de la Secretaría de Educación de Guerrero, el secretario más repudiado del sexenio, que fue el único inamovible, ya que era la cuota de Elba Esther Gordillo. El resultado es que el déficit en la SEG es el más grande, después de la Secretaría de Salud.
En el transcurso de la campaña electoral de fines de 2004, que culminó con las elecciones del 6 de febrero de 2005, un buen día me dijo “Figueroa es un mito, ya no te metas con él por el tema de Aguas Blancas”, a lo cual lo refuté de inmediato ya que el cacique mayor debería estar en la cárcel por la matanza de Aguas Blancas, como resultado del informe que elaboró la Suprema Corte de Justicia, donde se dan pelos y señales de este infame genocidio.
Tiempo después salió a flote la verdad: Zeferino pactó con René Juárez Cisneros y Rubén Figueroa Alcocer, a fin de que le permitieran llegar a la gubernatura. Es del conocimiento público que el gran sacrificado fue Héctor Astudillo Flores, a quien traicionaron diversos personajes priístas, incluso fue presionado para reconocer públicamente su derrota y prácticamente se hincara ante el nuevo reyezuelo. Varios medios de comunicación dieron detalles de las negociaciones antiastudillistas realizadas en yates en alta mar.
Conocí a Zeferino Torreblanca en 1993, cuando se abrió la posibilidad de que él fuera el candidato a la alcaldía de Acapulco. Recuerdo perfectamente su férrea oposición a que exguerrilleros como Juan García Costilla y Octaviano Santiago Dionicio figuraran en la lista de candidatos a regidores, bajo el pretexto de que lo iban a asociar con delincuentes políticos, y eso afectaría su reputación.
Posteriormente, de 1994 a 1997, coincidimos como diputados federales de la 56 Legislatura de la Cámara de Diputados. Fue secretario de la Comisión de Turismo, cuyo presidente era el panista Rodolfo Elizondo Torres (secretario de Turismo en el gobierno de Fox), quienes se dedicaron a viajar por todo el mundo, so pretexto de conocer el funcionamiento de los casinos.
Zeferino pasó más tiempo viajando con El Negro Elizondo, que cumpliendo su labor legislativa. Lo real es que, como buen empresario y vividor, si querían proponer una iniciativa de ley para instalar casinos en México, sin importarles las consecuencias como la tragedia reciente de Monterrey. Fue un diputado gris y del montón que después traicionó al PRD sumándose a una fracción independiente, encabezada por Tonatiuh Bravo Padilla, del grupo caciquil dominante en la Universidad de Guadalajara.
Durante la campaña electoral para gobernador me pidió que le organizara una gira con los migrantes guerrerenses en Estados Unidos. Le organizamos actos en Atlanta y Chicago, con mucho éxito, porque muchos migrantes guerrerenses tenían esperanzas de un verdadero cambio en Guerrero.
Ya siendo gobernador, lo acompañé a Chicago, que fue una verdadera frustración ya que ignoró los ofrecimientos del alcalde Daley, quien nos pidió el envío de maestros bilingües para la enorme cantidad de niños hijos de mexicanos y guerrerenses, que necesitan educación en inglés y español. Le sugerí hacer un programa de enseñanza del inglés para la enorme cantidad de egresados de las normales que no tienen chamba, para que se fueran a Illinois, en un programa que contenía visa legal y una buena remuneración. Prefirió la ignorancia y estupidez del titular de la SEG.
Los datos irrefutables que proporcionó Coneval para 2010, es que Guerrero ahora ocupa el lugar 32 de los estados de la república, cuando antes del gobierno de Zeferino, nuestra entidad estaba en el lugar 30. Éste es el dato más contundente del fracaso de su gobierno, que se caracterizó por la represión al movimiento magisterial y a los movimientos sociales, y ahora si el contralor de Guerrero se faja los pantalones, saldrá a relucir toda la corrupción de su gobierno. No es correcto que al vocero oficial sólo se le conteste con tibias declaraciones. A la calumnia y los insultos hay que responderle con la ley en la mano y no temerle a este tigre de papel.
En el programa electoral para la gubernatura de Guerrero, que se registró ante el Instituto Estatal Electoral quedó por escrito que se formaría la Secretaría de Migrantes. Zeferino me decía que eso era aumentar la burocracia, y yo le refuté diciendo que los migrantes guerrerenses aportan con el envío de remesas a sus familias, casi una tercera parte más del presupuesto estatal. Esto es, que es la única secretaría que promovería más recursos y no sería gastalona.
Le valió un comino cumplir con lo estipulado en el artículo 41 constitucional que obliga a los partidos políticos a respetar los programas que registran ante los órganos electorales. El millón de guerrerenses que hoy laboran en EU enviaron en 2010, mil millones de dólares, que son alrededor de 14 mil millones de pesos.
Zeferino ejerció represalias contra sus críticos como Pablo Sandoval Cruz, a quien le negó hace cuatro años la medalla Sentimientos de la Nación. Prefirió que se declarara desierto el otorgamiento de esta condecoración. El gobierno de Ángel Aguirre reparó este 13 de septiembre esa ofensa a un destacado luchador social.
En estas elecciones del 30 de enero de 2011, el pueblo de Guerrero votó masivamente por un candidato ganador y un programa de gobierno. En este texto, está contenida la creación de varias secretarías indispensables para la sociedad guerrerense, como la de Migrantes y Asuntos Internacionales, la de Pesca –que falta por crearse– y la de Trabajo y Previsión Social.
Mucha gente me ha expresado su solidaridad por la calumnia que expresó el canalla de Zeferino, quien criticó al gobierno de Ángel Aguirre Rivero por la creación de la Secretaría de Migrantes “para un parásito de la izquierda, para que cobre”, refiriéndose a mi designación como titular.
Como lo he expresado en diversos medios, la Secretaría de Migrantes y Asuntos Internacionales aún no tiene ningún presupuesto y no hemos cobrado un solo centavo desde que fuimos designados. Es más, en el Proyecto de presupuesto 2012, enviado por la Secretaría de Finanzas al Congreso, se nos ignora y no aparecemos en ningún rubro.
Le he manifestado a los altos funcionarios estatales que es necesario un anexo para que se nos incluya en el presupuesto 2012, y al mismo tiempo he hablado con el diputado Carlos Álvarez, presidente de la Comisión de Presupuesto para que nos tomen en cuenta en el dictamen final que se votará en el pleno del Poder Legislativo. Hay una máxima que dice, que el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone. Estoy seguro se reparará esta anomalía administrativa.
Hoy pensaba escribir sobre los cinco años de Calderón y su amenazante declaración contra los 23 mil ciudadanos mexicanos que presentaron una demanda ante la Corte Penal Internacional de La Haya, a fin de que se investigue la posible comisión de crímenes de guerra y de lesa humanidad tanto por funcionarios públicos como por narcotraficantes en México.
Pero la infame declaración de Zeferino me obliga a contestarle y lo seguiré haciendo. Nunca acepté ningún cargo en su administración y me enorgullece tener las manos limpias, ya que fue un gobierno antipopular, neoliberal y represor. Ojalá en respuesta a mis argumentos, presente elementos válidos para continuar un debate que debe darse para evitar que nos vuelvan a engañar.

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