miércoles, 25 de enero de 2012

LOs Santos Reyes no pueden con el paquete del México Real.

Queridos Santos Reyes...

Teresa Gurza / Etcétera
teregurza03@yahoo.com

Les quiero pedir primero y antes que nada, que resuciten a mi Matías.
¿Y que tiene que ver eso tan personal, con el tema del artículo pedido por Marco Levario Turcott, director de nuestra revista, acerca de qué me gustaría que los Santos Reyes trajeran al país?
Pues todo; porque un hombre tierno, entusiasta, gozador, cariñoso, generoso, inteligente y culto, como era mi marido, nunca está de más en ningún lado; y porque si me hicieran caso, habría por lo menos una mexicana totalmente dichosa.
Les pediría después, un presidente que no se haga íntimo de Elba Esther, para que podamos tener un buen sistema educativo; porque de otra forma, seguiremos condenados a la mediocridad y al fracaso.
Y que en lugar de quejarse y amenazar, se oponga con inteligencia y determinación a la intromisión estadunidense y denuncie oficialmente la participación narca en elecciones y política.
Así, la PGR podrá ahorrarse las planas en las que pide información sobre el asesino del casi alcalde de La Piedad. Un sistema electoral más barato; que reduzca los elevados pagos a consejeros y las prerrogativas a los partidos; que quite el registro a los que tienen dueño; y logre disminuir la abstención.
Quiero además, partidos políticos serios; que luchen por acabar con la desigualdad afrentosa que no debiera agobiarnos.
Y aunque estoy más tranquila sabiendo que Peña Nieto no es “la señora de la casa” y que sí lo es Vázquez Mota, les pido otros aspirantes a la Presidencia; porque no hay a quien irle.
También políticos de los que podamos estar orgullosos, que no nos den vergüenza y rabia; y que no brinquen de partido en partido para seguir enchufados al presupuesto.
Campañas con propuestas claras y definidas; y sin plásticos ni spots que nada dicen y ensucian paisajes y mentes.
Que los senadores echen para atrás las reformas que demeritan el Estado laico; y que haya legisladores capaces de hacer leyes en beneficio de los que menos tienen.
Pero que no vayan a ser como los actuales, que se agandallan dietas y prestaciones; y en el caso de lo senadores se hacen una sede monstruosa y consumidora de recursos que podrían ser mejor empleados.
Y tampoco parecidos a los diputados; y menos al perredista Gerardo Fernández Noroña, furioso no por la situación de los pobres que su partido dice apoyar, sino porque el secretario de la Cámara tiene un salario ligeramente más alto que el de él “y oficina con elevador directo desde el estacionamiento y que incluye un jacuzzi para sus partes íntimas y sentimentales”, cuestión que dice, le parece “inaceptable”.
Quiero que nos traigan jueces que no le saquen y cumplan su deber aplicando la justicia y dando cárcel prolongada a políticos rateros, a banqueros estafadores, a curas pedófilos y abusadores de cuerpos y mentes de menores puestos a su cuidado, y a hombres que maltratan a sus parejas, aunque no lleguen a matarlas.
Y que sea la justicia la que decida los conflictos, y no los bloqueos ni “las tomas”.
Que haya para todos, trabajo bien pagado; y que sin importar dinero o posición, podamos acceder a servicios de salud de calidad; a medicinas que curen y a seguros de desempleo.
Que convenzan ustedes a los narcos de que tengan piedad de México y se muden a otro lado para que con ellos desaparezcan los políticos, empresarios, militares y policías que los protegen, y podamos recuperar tranquilidad y paz.
Quiero la renuncia firmada del nuevo director de Notimex; y que el Congreso reconsidere el papel de la que debiera ser agencia de noticias del Estado mexicano, para que los diarios de provincia puedan contar con artículos y editorialistas de todas las tendencias.
Y cambiar a Estados Unidos a otras latitudes.
Si esto, aún siendo Reyes Magos, no lo pueden hacer; pues entonces dejen en nuestro zapato-país un producto milagro que nos haga más listos, para aprovechar las ventajas de tenerlo cerca sin sufrir las desventajas.
Y por favor déjenos amor y compasión para no maltratar a los centroamericanos, como se hace con nuestros compatriotas indocumentados en Gringolandia.
Por ahora creo que es todo… saludos… y gracias…

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