martes, 3 de julio de 2012

Opinión de Claudia Rodríguez.



Martes 03-julio-2012

ACTA PÚBLICA
Claudia Rodríguez

Los panistas dilapidaron su capital político

Al Partido Acción Nacional (PAN), le costó décadas llegar al Poder Ejecutivo y una vez ahí, en menos de doce años, se echó por la borda el capital político que tanto le costó construir como oposición al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Los panistas en el año 2000 vociferaban su capacidad de haber "sacado al PRI de Los Pinos" y en este 2012 les abren la puerta de la residencia oficial, incluso con una sonrisa de inmenso gusto por parte de Calderón, al anunciar el domingo pasado por la noche que Enrique Peña Nieto tendrá todas las facilidades para el cambio de estafeta presidencial.
Si con el sexenio de Vicente Fox los panistas iniciaron la irremediable escalada de división que provoca el poder por el poder, ahora con Felipe Calderón y su candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, los panistas se encuentran en el hoyo y muy pero muy divididos y hasta enfrentados.
No tardará mucho en que conozcamos después de "Dios mío hazme viuda por favor",  las crónicas de una mujer abandonada por su propio instituto político y decenas de correligionarios, justo en el momento en que la unidad de su partido era crucial.
La causa de la terrible derrota panista no recae sólo en la desastrosa campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota y los obstáculos que encontró en la propia casa azul.  Los presidentes panistas tienen un gran porcentaje de responsabilidad en esta debacle vergonzosa y que tanto daño hizo al país en sólo 12 años.
Vicente Fox llegó a la Presidencia en el 2000 no por sus probadas habilidades políticas --ni circenses--, sino por el hartazgo de millones de mexicanos que vivieron sexenios priistas de repetidas crisis económicas y aumento exponencial de la pobreza extrema.  Para algunos, Fox fue la gran posibilidad de una alternancia con mejoras para el país, pero pronto todos se dieron cuenta que ese presidente panista era aún peor que cualquier priísta.  Se sentía rey, dictador, macho y para rematar, estadista.  Pero no.  Terminamos el sexenio 2000-2006 con un presidente incapaz de dejar el poder para él y los suyos, quien incluso se montó una réplica de la oficina presidencial en su rancho de San Cristóbal, Guanajuato.
La historia y forma de cómo llegó al Ejecutivo Felipe Calderón, ya todos nos la sabemos hasta el cansancio.  Hubo quienes pese a todo, confiaron en que sí se convertiría en el "presidente del empleo", pero en sólo unos meses nos mostró el verdadero camino que recorrió México con su mandato: El de la violencia y la muerte.  Mínimo 60 mil personas han perdido la vida durante este gobierno panista y de empleo, mejoras educativas y ataque a la corrupción, en realidad nada.  En cambio, aunque pareciera surrealista, el capo mexicano más buscado en todo el mundo, menos en México, llegó a las páginas de la revista Forbes en donde se listan a los hombres más ricos del mundo.
Así que era irremediable.  Los panistas no necesitaron enemigos fuera para tirar a la basura su capital político.  Hasta Diego Fernández de Cevallos hizo lo suyo para ser uno de los hombres más odiados del mundo de la política mexicana y así, el primero de julio de este año se empiezan "a bajar de su nube", a la que pronostico les costará muchos más sexenios regresar. 
Una mujer empoderada con el poder constitucional del marido y un hombre que justifica un cementerio nacional, espero que no sean fáciles de olvidar.

Acta Divina…En el twitter del presidente Felipe Calderón ayer se leía:  En la democracia se gana y se pierde por el voto ciudadano.  Pero no hay victorias permanentes ni derrotas para siempre.


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