miércoles, 4 de enero de 2012

Las Trampas de la Fe: Opinión de José Luis Camacho Acevedo

LAS TRAMPAS DE LA FE: EL PAN SE AGANDALLA AL PAPA BENEDICTO.
José Luis Camacho Acevedo.
La ofensiva mediática del PAN con destino al primero de julio de este año, comenzará el día del aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio. El 23 de marzo llegará a México el Papa Benedicto XVI para realizar una visita de tres días.
Los tiempos que preceden a esa visita propiciatoria de encuentros y desencuentros, parecen ser los siguientes.
Por ahora los panistas deben encarar el autoritarismo de su jefe real, Felipe Calderón, expresado en la imposición de una encuesta “indicativa” que allanará el camino a Ernesto Cordero para que sea su candidato presidencial. Un político duro como es Felipe Calderón no se anda con miramientos ni dentro de su propio partido.
A Calderón le valen sorbete la democracia interna del PAN; los principios que tenía ese partido cuando sus fundadores lo crearon para terminar con los gobiernos corruptos y totalitarios; así como el destino político de Santiago Creel o Josefina Vázquez Mota a pesar de que estos personajes han motivado a los militantes a lograr, aunque sea, una pálida recuperación del desprestigio en que lo han sumido los gobiernos de Vicente Fox y del mencionado Felipe Calderón.
Las primicias de la encuesta indicativa reflejan que después de ser aplicada dejará solamente a dos contendientes por la candidatura presidencial. Y similar a la decisión que dieron los jueces de Las Vegas a favor de Manny Paquiao sobre el real ganador de la pelea que fue el mexicano Juan Manuel Márquez, puede producirse la sorpresa de que Josefina sea la perdedora en el sondeo que han prefabricado Felipe Calderón, su cuñado Juan Ignacio Zavala y Juan Molinar Horcasitas. Es decir todo el grupo que apoya la candidatura de Ernesto Cordero.
Tendrán tiempo para placear al precandidato que no crece, porque muy probablemente los “indicadores” de la encuesta digan que es malo pero es el mejor (¿) y posteriormente, el 19 de febrero, en caso de que en la primera ronda ninguno (a) de los precandidatos logre alcanzar el 50% más uno de los votos, Cordero ganará la contienda interna panista para ser el candidato de ese partido a la presidencia.
Del 19 de febrero al 23 de marzo quedarán justo 4 semanas y cinco días para que el Papa Benedicto XVI arribe a territorio mexicana. Precisamente en Guanajuato, enclave panista gobernado por un forzado partidario de Ernesto Cordero, el laico y corrupto Juan Manuel Oliva Ramírez.
Toda una escenografía para que apoyado en la fe de los mexicanos, el PAN muestre músculo y se agandalle la visita del pontífice como un triunfo de proselitismo político.
Nadie discute que el Papa Benedicto sea un líder espiritual muy importante en muchas partes del mundo.
Realizará su visita porque México es un factor económico y representativo para el Vaticano catalogado entre los primeros cinco países que profesan mayoritariamente el catolicismo. Si lo trampea Calderón (lo único que faltaría es que en el encuentro que sostendrá el mandatario mexicano con el Jefe del estado Vaticano lleve a una visita personal y discreta al entonces ya candidato Ernesto Cordero) es asunto político al que será ajeno el sucesor de San Pedro.
Esa posibilidad queda por ahora en eso, en mera posibilidad.
Pero que el presidente, en su afán de no perder el poder dejando un sucesor que le guarde las espaldas a su salida, tratará mucho antes del 23 de marzo de apoyarse en la promoción de la visita papal para recuperar algo de la confianza perdida en su gobierno por la empavorecida sociedad mexicana, es una realidad que muy pronto empezaremos a ver.
Y no falta mucho para ello, será cuando los medios de comunicación inicien su trabajo de sensibilización para hacer de la venida del actual pontífice romano un atractivo negocio, y el presidente se convertirá en un anfitrión que pedirá apoyo a empresarios y según versiones, hasta el narco financiaría la visita papal, y la capacidad de convocatoria de Calderón crecerá por gracia divina de manera sustantiva.
El Papa llega a México apenas 5 días después de que se conmemore el natalicio de Don Benito Juárez García, el forjador de las Leyes de Reforma que resolvieron el conflicto de intereses entre la Iglesia y el Estado existente desde los tiempos de la Colonia.
Y justo el 23 de marzo en que llegue al aeropuerto de León, se cumplirá un aniversario más del asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas.
En política nada es casual. Aquí hemos recogido esa sentencia varias ocasiones.
La visita del Papa dependía en mucho de su agenda para Latinoamérica, es cierto. Pero nadie le informó que en esta ocasión se vivirían los tiempos electoras más importantes del país que ocurren sexenalmente.
Tampoco parece casual la coincidencia de que la llegada a México de Benedicto XVI acapare toda la atención del país, postergando para otra ocasión un homenaje a Luis Donaldo Colosio que mucho beneficiaría al PRI.
Y finalmente un discurso del Papa por la paz, seguramente no detendrá los asesinatos cotidiano que sufre la nación a causa de la guerra perdida de Felipe Calderón contra los narcos, pero dará aliento a los que han sido víctimas de la delincuencia organizada en el episodio sangriento de la guerra de Calderón.
(Véase para apoyar la tesis anterior la columna de ayer en El Financiero del maestro Carlos Ramírez)
Las trampas de la Fe, pasan de ser un título acertado del libro de Octavio Paz sobre Sor Juana Inés de la Cruz, a servir como título de una más de las acciones de Felipe Calderón que se insertan en la cruenta lucha por el poder que ha vivido México desde los crímenes que se cometieron en el sexenio de Carlos Salinas.

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