martes, 3 de enero de 2012

Terrorismo en Oslo, similitudes con México.

La bitácora de Anders Behring Breivik

Mario Rivera Ortiz
cuini@prodigy.net.mx

El 22 de julio de 2011 Anders Behring Breivik, un individuo de 32 años de tipo nórdico, en uniforme policiaco, salió a la calle, temprano después de darse un duchazo y luego abordó un automóvil que había estacionado la noche anterior cerca de su domicilio. Encendió el motor y enfiló al centro de la ciudad, para detenerse frente a las oficinas del primer ministro y el Ministerio de Justicia, en el mismo corazón del Regieringskvartalet. Antes de abandonar el carro, hizo algunos movimientos dentro y luego echó a andar con paso rápido, llevando en su mano derecha un objeto que semejaba un instrumento musical, hasta colocarse detrás del edificio del Ministerio de Educación, allí se detuvo y consultó su reloj, esperó unos segundos hasta que se escuchó un gran estruendo que estremeció la ciudad y que le provocó una sonrisa reprimida. No cabe duda, soy un experto. Unos segundos más y la zona quedó envuelta en humo y polvo.
Luego reemprendió la marcha con dirección al ferry que lleva a la isla de Utoeya y ya la radio empezaba a informar sobre algo catastrófico que había ocurrido en el centro de Oslo. Pocos minutos después el nórdico llegó a Utoeya, donde los estudiantes del Partido Laborista estaban reunidos. Al llegar el “policía” dijo que estaba investigando la explosión y llamó a los jóvenes a reunirse cerca de él, con el pretexto de brindarles información acerca de dicho suceso. En seguida y sin mediar palabras, ABB sacó del estuche que portaba no un violín, sino un rifle automático M-16 cargado con balas explosivas dum-dum y abrió fuego contra los muchachos, gritando que iba a matarlos a todos.
El nórdico disfrazado de policía estuvo tirando balas contra toda figura humana móvil durante varios minutos, hasta que se le agotó el parque o se le encasquillo el rifle y luego fue detenido y conducido a la estación de policía más cercana.
Según declaraciones de testigos existió un segundo hombre vestido de civil que auxiliaba al francotirador, pero la policía no encontró a nadie, mas en la residencia de ABB la policía halló un kilo de explosivos y dos uniformes más. ¿Quién sembró los explosivos no detonados en la isla? ¿Para quiénes eran los dos uniformes policiacos sobrantes?
Un antecedente inmediato y directo que parece explicar el verdadero móvil del ataque contra Utoeya, es el hecho que los jóvenes del Partido Laborista hayan celebrado unos días antes del atentado, el 18 de julio, un homenaje a cuatro internacionalistas que murieron en España luchando contra las fuerzas fascistas de Francisco Franco y sus valedores Hitler y Mussolini. Otro antecedente que los medios apenas mencionaron es que entre los estudiantes muertos en Utoeya se encontraron varios activistas sociales.
Ahora tenemos a ABB, después de ingresar a la prisión preventiva de Oslo, el 25 de junio, frente al juez Kim Heger, con la mirada perdida en el firmamento, pidiéndole a Dios “que la lucha de los guerreros para preservar la Cristiandad en Europa triunfe.” Y en voz alta dirigiéndose al letrado para rechazar su culpabilidad en los hechos reclamados y explicar que había actuado así, sólo para defender a su país del Islam y del marxismo. También señalaba condiciones para responder las preguntas del juez, tales como tener acceso a su propia computadora y ser examinado por siquiatras extranjeros.
ABB, soltero maduro, habitaba en un barrio clasemediero en la casa de su mamá, sin ninguna relación con su padre desde hacía 16 años y sin estudios universitarios conocidos. Su ilustración era pobre y sus lecturas miserables: Mi lucha, Las guerras demográficas religiosas y cosas por el estilo. Poseía una granja en Asta, condado de Hedmark, donde fabricaba y almacenaba explosivos y bombas; el padre dijo al enterarse de la fechoría de su hijo que debería haberse suicidado antes de hacer lo que hizo. Se infiere que su situación económica era la de un pequeñoburgués arruinado por la crisis.
Poco sabemos hasta ahora acerca de la verdadera reacción del pueblo noruego ante la agresión que sufrió de parte del neonazismo noruego e internacional, perfectamente representado en este caso por ABB. La prensa informó de marchas multitudinarias que se realizaron en varias ciudades de Noruega entre ellas la Marcha de las Rosas, celebrada el 25 de julio frente al ayuntamiento de Oslo y una misa en la catedral. Cuando el inculpado fue llevado en la “julia” al tribunal, una multitud se agolpó en la entrada del juzgado para darle una recepción adecuada: “queremos que sufra de verdad por lo que ha hecho”, otros pedían el patíbulo para él. Es posible que para la parte más politizada del pueblo noruego esté claro que detrás del “solitario” Anders hay una red de grupos nazifascistas que actúan en todo el mundo.
Los grandes medios de comunicación produjeron una información zigzagueante de acuerdo con sus fuentes y los intereses de quienes sirven. En una versión difundida el mismo día 22 por The New York Times y Swedish atribuían los atentados a la “organización yihadista” Ansar al-Yihad al Alam, como represalia por la intervención de las fuerzas de Noruega en Afganistán y en Libia. Los medios trataban de convertir a los islamistas o a los grupos de “extrema izquierda”, en los scapegoats del día. Sólo que los nexos nada clandestinos de ABB con la extrema derecha europea neonazi, islamofóbica y pro israelí, impidieron la progresión de esa versión provocadora.
Luego los medios no tuvieron otra alternativa que centrar su crítica contra la ideología “radical” de ABB, aunque en seguida dieron un viraje y abrieron el fuego mediático contra “el sicópata demente”, el “desequilibrado” y el “loco homicida”, mientras que su militancia política e ideología cavernaria, pasaba a un lejanísimo segundo plano, incluso, algunos diarios llegaron a pedir respeto para el inculpado. No faltaron, sin embargo, algunos medios que ante la evidencia caracterizaron los atentados en forma correcta, mientras que otros salieron con ambigüedades calculadas para seguir con la “condición sicótica” del nórdico y llegar a propalar que lo más probable era que ABB fuera absuelto de toda acción penal y enviado de por vida a un manicomio, o sea que lo declaraban inimputable antes que lo decidiera el tribunal.
La historia judicial del caso ABB registra que el 26 de julio, la fiscalía noruega determinó que los crímenes de aquél constituían actos de terrorismo porque pretendían atemorizar a una multitud y paralelamente estudiaba la posibilidad de acusarlo por crímenes de lesa humanidad, pero el defensor del multiasesino confeso, Geir Lippestad, reaccionó rápido y se apresuró a asegurar que el acusado tenía “trastornos mentales” y solicitó que fuera examinado por una comisión de siquiatras, incluso amenazó con abandonar la defensa si no se atendía su solicitud. Más tarde, el 29 de noviembre, la comisión de siquiatras presentó un informe de 230 páginas al Tribunal de Oslo, que a la letra dice: “Anders Behring Breivik no estaba en pleno uso de sus facultades mentales cuando perpetró los atentados del 22 de julio de 2011, por lo tanto no debería asumir responsabilidades penales por las 77 muertes”. En seguida, la fiscal Inga Berjer Engh, como si fuera un miembro más de la defensa, declaró: “Vive en un universo propio de delirios de grandeza, lo que afecta todo su pensamiento”, tras recordar que la Comisión de Medicina Forense deberá emitir el fallo definitivo sobre el informe referido, antes de Navidad. Es decir que dicho fallo, puede impedir la celebración del juicio que, según eso, se iniciaría el 16 de abril de 2012 y duraría aproximadamente 10 semanas.
Sobre la supuesta sicosis de ABB hay que observar que en la larga preparación que hizo para consumar sus atentados no se detecta ninguna incongruencia mental o pragmática, todo fue hecho con la fría racionalidad planificada de los fanáticos neonazis sin ninguna fisuración o desdoblamiento de la personalidad, característica definitoria de la demencia precoz o esquizofrenia, según Bauer.
ABB es un fundamentalista cristiano de nacimiento, quien en cierta ocasión ingresó a una logia masónica, probablemente con fines de espionaje y miembro del Partido del Progreso Noruego, con estrechos nexos comprobados, con una red ultraderechista que infesta Europa. El propio acusado reveló la existencia de dos células malignas en Noruega y sus vínculos con grupos ultras en Inglaterra, donde en 2002 se reunió con siete fundamentalistas.
Para mayor abundamiento, horas antes de perpetrar la masacre de Utoeya envió copias de su manifiesto, de más de mil 500 páginas, titulado “Declaración de la independencia europea”, a grupos neonazis en Alemania, informó la Policía Secreta Noruega.
Por lo demás, se sabe desde hace tiempo que existen grupos e individuos xenófobos y anticomunistas (llámense Anders Behring Breivik, Gianluca Casseri o Nordine Amradi), dispuestos a consumar asesinatos y todo tipo de crímenes en cualquier momento y lugar del mundo: Inglaterra, Blood Honour y British National Party; Italia, Liga Norte; Austria, Partido Liberal Austriaco; Francia, Frente Nacional; Holanda, Partido de la Libertad; Polonia, Mlodiziez Wszechpolska; Alemania, Resistencia Nacionalsocialista; Noruega, Partido del Progreso; España, veteranos y descendientes de la División Azul, que según los expertos, llevan 15 años fortaleciéndose.
¿Y cómo reaccionó la representación de la comunidad internacional? Los secretarios generales de la ONU, OTAN, OEA, el presidente del Consejo Europeo, y los jefes de las grandes potencias, los mismos que han impuesto una guerra de exterminio y conquista al Magreb, condenaron el uso de la violencia y el terrorismo en Noruega sin ponerle apellido y de la manera más ambigua y, en vez de denunciar la conspiración fascista, se limitaron a expresar frases sentimentales y condolencias a los familiares de las víctimas de los atentados. Ninguna condena política contra el terrorismo de la ultraderecha fascista dieron a conocer estos pretendidos voceros de la humanidad.
Por todos los elementos de juicio que se han acumulado en relación con el caso de Anders Behring Breivik, los pueblos del mundo esperan preocupados el fallo del Tribunal de Oslo, pues en él se podrá leer si triunfa la impunidad aunque sea encubierta con el diagnóstico de esquizofrenia-paranoide o si se impone la condena penal y política mundial contra los atentados de Oslo, Utoeya, Lieja, Florencia, Ayotzinapa…

No hay comentarios: